1. Introducción
2. Objetivos
3. Contenidos
4. Metodología
5. Actividades de Evaluación
6. El formador
7. El material
8. La logística
9. Bibliografía
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8. La logística

8.1. Distribución temporal

Hemos dicho que el objetivo se puede alcanzar después de treinta o cuarenta horas. Los aprendientes bilingües al cabo de treinta horas pueden ser autónomos; para los monolingües es más recomendable trabajar cuarenta horas. Ahora bien, con los bilingües los cursos de cuarenta horas nos permiten variar más la tipología de ejercicios.

Cada sesión puede durar entre 1h 30min y 5h. Y las sesiones se pueden distribuir en el tiempo según las posibilidades:
30 horas

40 horas

Si es posible, lo más cómodo es dar cuatro sesiones de una hora y media y doce sesiones de dos horas. Cuando por cuestiones de organización institucional la única posibilidad es dar sesiones de una hora y media, se debe ser muy riguroso si se quiere trabajar las tres lenguas en cada sesión. A veces en estos casos solo hay cabida para dos lenguas.

En lo que respecta al número de semanas, depende mucho de los gustos personales. Se han probado muchos formatos y siempre han funcionado. En general, los aprendientes manifiestan que el curso se les ha hecho corto.

8.2. El grupo

El grupo ideal es de entre 10 y 15 personas. Con menos personas es más difícil crear dinámicas de grupo y realizar ejercicios por parejas o grupos reducidos. Cuando hay más de 15 personas, es difícil hacer que todos intervengan en todas las sesiones, y con más de 20 se convierte en imposible.

8.3. El aula

Hace falta un aula con una pizarra y un lector de CD. Si se puede disponer de un cañón de proyección, es posible proyectar las ayudas.
Es importante una distribución de las sillas en U para que todos se vean y se puedan escuchar cuando intervienen.

8.4. Las lenguas

La hipótesis inicial era que a partir de una lengua románica tenía que ser fácil acceder a otras tres lenguas. La experiencia ha demostrado que así es, y que trabajar más de tres lenguas por sesión se hace pesado.

Si se desean trabajar más de tres lenguas, lo mejor es pensar en un aprendizaje escalonado, empezando por las más cercanas.

Aunque no haya lecciones preparadas en el manual, una vez adquirida la técnica, la podemos aplicar a cualquier texto en lengua románica que nos caiga entre las manos: las páginas en aranés del periódico Avui, un Tintín en mirandés, un documento en corso, etc.

8.5. Autoaprendizaje

Este enfoque permite trabajar en modo de autoaprendizaje en el caso de los profesores de lengua y de los lingüistas, que tienen recursos adquiridos por su oficio.

En los demás casos, es mucho mejor pensar en una enseñanza presencial o semipresencial. Es decir, dar las primeras sesiones de manera presencial, y una vez trabajadas las nuevas estrategias de lectura, trabajar en línea.